Delgado Obeso: El Riesgo Oculto Detrás de un Peso Normal
Muchos asumen que estar delgado es sinónimo de salud, pero esto no siempre es cierto.
El término “delgado obeso” (o “skinny fat” en inglés) se refiere a personas que tienen un peso corporal normal, según el índice de masa corporal (IMC), pero poseen una composición corporal poco saludable, caracterizada por un alto porcentaje de grasa corporal y una baja masa muscular.
Este perfil puede aumentar el riesgo de problemas metabólicos y de salud, a pesar de que la apariencia externa no muestre sobrepeso evidente.
Características del delgado obeso
- IMC normal (18.5- 24.9). Aunque cabe destacar que el IMC no mide la distribución de la grasa corporal ni sirve para medirla, aunque nos sirve de guía para determinar la necesidad de una evaluación adicional en busca de alteraciones metabólicas y otras enfermedades https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC10223432/
- Alta grasa visceral. Esta grasa se acumula alrededor de los órganos internos y es más dañina que la grasa subcutánea.
- Baja masa muscular. La pérdida de masa muscular (Sarcopenia) es común, especialmente si se lleva un estilo de vida sedentario. Provocando falta de fuerza o resistencia.
- Metabolismo alterado. Puede haber niveles altos en sangre de colesterol «LDL» y Triglicéridos, azúcar y baja sensibilidad a la insulina.
Causas principales
- Sedentarismo. La falta de ejercicio, y en especial de entrenamiento de fuerza, lleva a la pérdida de músculo y a la acumulación de grasa.
- Dieta poco equilibrada. Un consumo inadecuado o deficitario de nutrientes como proteínas, vitaminas y minerales, así como consumir hidratos de carbono simples o un exceso de alimentos ultraprocesados.
- Estrés y falta de sueño. Ambos afectan al metabolismo y favorecen la acumulación de grasa, en especial la visceral.
- Edad. Con la edad se va perdiendo masa muscular aumentando así la acumulación de grasa.
- Genética. Predisposición a almacenar grasa visceral o a tener poca masa muscular. https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC8228180/
Problemas de salud asociados
- Resistencia a la insulina. Lo que te puede llevar a padecer Diabete Tipo 2.
- Síndrome metabólico. Conjunto de alteraciones como la Hipertensión, Dislipidemia y obesidad visceral.
- Enfermedades cardiovasculares. Mayor riesgo de infartos y accidentes cerebrovasculares.
- Hígado graso. Relacionado con la acumulación de la grasa visceral.
- Lesiones. Asociadas a la falta de musculatura, aumenta el riesgo de caídas y fracturas.
Como se diagnostica
- Pruebas metabólicas. Un análisis de sangre te indicará:
- Perfil lipídico. Alteraciones del Colesterol y Triglicéridos
- Glucosa y Hemoglobina glicosilada (HbA1c) para valorar el riesgo de padecer diabetes.
- Análisis de composición corporal. Para valorar el porcentaje de grasa y músculo. Esto se puede realizar con Bioimpedancia o absorciometría de rayos X de energía dual (DEXA).
- Perímetro abdominal. La grasa visceral suele relacionarse con un aumento de la circunferencia de la cintura que no debe ser mayor de >88 cm en mujeres y >102 cm en hombres.
Y ahora ¿qué tengo que hacer?
¡Cambiar de hábitos! De lo que se trata en estos casos, es de mejorar la composición corporal.
- El ejercicio físico
- El entrenamiento de fuerza te ayudará en la ganancia muscular, ganar fuerza y reducir la grasa.
- El ejercicio aeróbico mejorará tu salud cardiovascular.
- Moverse regularmente durante el día. Caminar, subir escaleras o realizar «píldoras de ejercicio» que son pequeñas y breves rutinas de ejercicios que puedas practicar en cualquier momento y lugar, y no requieren mucho tiempo para realizarlas. Son ideales para personas que trabajan mucho tiempo sentadas.
- Todo lo anterior debe ir acompañado de una dieta equilibrada.
- Es importante tener un consumo energético y de nutrientes adaptado a tus necesidades.
- Las proteínas te ayudarán en la construcción y mantenimiento muscular. Entre muchas otras funciones que puedes revisar aquí
- Es importante tener un consumo adecuado de grasas saludables como el Omega-3 (pescados, semillas, nueces…)
- Los hidratos de carbono (frutas, verduras, granos enteros) hay que consumirlos y no eliminarlos de la dieta, la clave está en la personalización y las necesidades energéticas de cada persona.
- Ojo con los azúcares refinados
- Controlar el estrés y dormir lo suficiente es muy importante, ya que favorecen la acumulación de grasa corporal, en especial la visceral.
En la prevención está la clave
El peso corporal no es el único indicador de salud. La composición corporal y el estilo de vida son determinantes clave para prevenir enfermedades y mejorar la calidad de vida.
Hay que fomentar un estilo de vida activo desde edades tempranas, así como llevar un dieta equilibrada y rica en nutrientes donde predominen los alimentos frescos y de temporada.
No hay que tener al miedo al médico, hacerse chequeos regularmente ayuda a ver las alteraciones metabólicas que se hayan podido producir y así poder poner una solución a tiempo.
Una visita a tiempo al médico es mejor que lamentar una enfermedad que podría haberse evitado.
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