Las enfermedades autoinmunes y autoinflamatorias son cada vez más frecuentes en nuestra sociedad.
En condiciones normales nuestro sistema inmunitario trabaja diariamente defendiéndonos de enfermedades e infecciones atacando a virus y bacterias que entran en nuestro cuerpo; pero en la enfermedad autoinmune nuestro sistema inmunitario se vuelve contra nosotros y ataca a las células sanas de nuestros tejidos y órganos.
Para desarrollar una enfermedad autoinmune debe haber una predisposición genética y, a ésta, la acompañan otros factores desencadenantes como una alimentación inadecuada (sobrepeso, falta de micronutrientes …), el sedentarismo, los tóxicos (tabaco, alcohol, xenobióticos), el estrés crónico, factores psicosociales (la soledad, el bullying …), la exposición solar (por exceso o por defecto) …, la edad, el sexo (muchas son más frecuentes en mujeres que en hombres).
El sistema inmunitario también está asociado a las mucosas, que son unas barreras de defensa que están en boca, nariz, aparato respiratorio, aparato digestivo y genitourinario; y encima de estas mucosas tenemos la microbiota, que ayuda a que se mantengan íntegras. Desde estas mucosas, nuestro sistema inmunitario reconoce lo que va a entrar en nuestro cuerpo y decide si es bueno o malo, así que perder la función protectora de las barreras mucosas puede ser otro factor desencadenante para desarrollar una enfermedad autoinmune.

Las enfermedades autoinmunes se clasifican como sistémicas, que es cuando se atacan antígenos no específicos, es decir, que puede afectar a diferentes partes del cuerpo; y luego tenemos las enfermedades autoinmunes órgano específicas que pueden afectar al sistema endocrino, nervioso, muscular, dermatológico o hematológico.
En el siguiente cuadro destaco algunas enfermedades autoinmunes y autoinflamatorias, aunque hay más de ochenta tipos

Por si fuera poco ya tener una enfermedad autoinmune, en muchas ocasiones se pueden tener varias a la vez, por ejemplo:

Y ahora que ya tienes una pequeña y resumida idea de los que es una enfermedad autoinmune y autoinflamatoria, y conoces algunas de ellas ¿Por qué es importante llevar una alimentación y estilo de vida saludable cuando se padece una enfermedad autoinmune?
Hoy en día ya es bien reconocida la relación que hay entre la nutrición y el sistema inmunitario, siendo la Inmunonutrición la ciencia que estudia las interacciones existentes entre la nutrición con el sistema inmune, la infección, la inflamación y el daño de los tejidos del organismo.
La inflamación es un aspecto clave en la mayoría de los trastornos crónicos, jugando un papel decisivo en la instauración, evolución y gravedad de enfermedades como el Alzheimer, obesidad, cáncer, enfermedades cardiovasculares (ECVs) o enfermedades autoinmunes o autoinflamatorias (Lupus, Diabetes Mellitus 1, Celiaquía, Crohn, Esclerosis multiple, artritis reumatoide…)
Los nutrientes tienen un papel muy importante para el correcto desarrollo y funcionamiento del sistema inmune a lo largo de la vida, y ciertos nutrientes, alimentos y pautas dietéticas pueden reducir la inflamación y otros parámetros relacionados con la misma.

Existen varios tipos de dietas antiinflamatorias, como por ejemplo la dieta DASH (Dietary Approaches to Stop Hypertension), la Dieta Mediterránea, la dieta MIND (Mediterranean-DASH Intervention for Neurodegenerative Delay), dietas vegetarianas, dietas bajas en histamina… pero como en todo la individualización y personalización es la clave, y no solo únicamente hay que prestar atención a la alimentación sino también a aspectos como la actividad física que se realiza, la calidad del sueño, sedentarismo o el estrés.
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